
El gobernador y capitán general Diego de Osorio, el 9 de mayo de 1596 otorgó una cédula catastral de un resguardo llamado El Cerrito de Santa Rosa. Para el año 1773 fue otorgado a todos los indígenas una legua cuadrada, equivalente a 3.500 hectáreas con la finalidad de ser habitadas y trabajadas, pero las mismas «han sido mutiladas» con el pasar del tiempo a través de resoluciones, provocando que los indígenas disminuyeran su población.