«Desde la expropiación del Central Azucarero Trujillo, aquí lo que hemos molido son 13 gerentes, porque cada vez que mandan a uno nuevo a la empresa, éste termina acabando con lo poquito que nos queda», así de contundente es Jorge Rivas, trabajador del Central Azucarero de Motatán, cuyos conflictos laborales y cifras «rojas» en la producción han empeorado desde que fue confiscada por el Gobierno Nacional.